¡Qué tal, amigos lectores! El día de hoy vengo con un tema actual y controversial, visible cada día con más frecuencia a nuestro alrededor y que nos está ahogando poco a poco sin que nos demos cuenta.
Hablo del consumismo, un muy peculiar término que se refiere tanto a la acumulación, compra o consumo de bienes y servicio que no son en su momento esenciales, como a los sistemas políticos y económicos que promueven ese peculiar comportamiento que nos da cuando pensamos que comprando cosas de mayor valor monetario que consideramos objetos de lujo para dar señal de que somos superiores a otros integrantes de un grupo social.
Otra forma de ver la definición de este macabro “virus” mental es como un caso de adquisición y compra desaforada asociada con el deseo de obtener una satisfacción personal.
Inicia su acelerado desarrollo y crecimiento a lo largo de los años 1900 como una rápida y directa consecuencia del capitalismo y el nacimiento de la publicidad y el marketing, y después de extenderse a lo largo y ancho del mundo aparecieron nuevas formas de llevar a la humanidad a la práctica de este peculiar comportamiento.
He aquí algunos ejemplos:
- La publicidad presente en todos esos anuncios que “místicamente” nos inducen a realizar gastos innecesarios, los cuales tienen un efecto mayor en la gente con casos de depresión y/u obesidad.
- Nuestro incondicional impulso de usar y desechar infinidad de productos. Además de la baja calidad de la mayoría de los productos baratos.
- El desecho inadecuado de dichos productos (ignorando la posibilidad de que sean reutilizados o reciclados).
- Y el ya mencionado caso de “superioridad” que algunas personas llegamos a sufrir, y querer demostrar que somos mejores que otras personas.
Todo eso influye y nos hace propensos a caer en el consumismo. Y como somos cada vez más gentes participando en esa actividad le estamos dando en la torre al planeta. De tanto desecho y tanta contaminación se está perdiendo lo verde y bonito de nuestras comunidades. A media calle no hay al lugar que volteemos y no encontremos basura tirada.
Así que te invito a que juntos practiquemos las siguientes actividades, y así reducir un poco el impacto que todo esto tiene en el mundo.
1. No consumir productos de un solo uso, en lugar de eso utiliza productos duraderos.
2. Separa la basura en orgánica e inorgánica. Dale las botellas y demás a los señores que luego van a esculcar a los basureros (Tranquilos, no muerden)
3. Trata de no consumir productos que generen gran cantidad de desechos. Como las bebidas que vienen en envases pequeños o las cámaras fotográficas desechables.
4. Compra objetos de segunda mano.
5. Consideras dónde y cómo va a ir a parar lo que vas a adquirir, si es bueno para tu salud, para el ambiente y para tu economía.
En un principio tal vez te parezcan tediosas y aburridas, pero con iniciativa y ganas, todo se puede lograr.
¡Dato curioso! ¿Sabías que si separas los envases de aluminio de la demás basura, les toma 3 meses regresar a los estantes de las tiendas ya reciclados? Qué chido ¿no?
Y bueno, ya para acabar con este tema, les recomiendo a que apaguen tantito la T.V. y la Rosa de Lupita, tomen un libro, lean algo, salgan, la vida no es pasársela sentado frente a un aparato que nada más entorpece y los induce a comprar un montón de cosas que en su mayoría son innecesarias
Vivan su día y sonríanle a la vida, pues el día de mañana tal vez les falte un diente.
Yo soy su amigo PJ León y esto fue “¿Qué pex con EL CONSUMISMO? Hasta la próxima y… ¡Adiós!
P.D.: Si van a leer algo, por favor que no sean de esos tabloides de supermercado.
Pedro Jesús León Juan.
Humanidades "A".
No. de lista: 20.
Teoría de la Comunicación.
Tema: El Consumismo.
Proyecto: "Columna - Dimenzion-Six Studios ¿Qué pex con... EL CONSUMISMO?
Fuente: