
Me topé con este recinto de sentimientos de manera inesperada, con la
esperanza de descansar después de un día de turismo por el centro histórico de
Puebla, me vi de pronto en medio de pintores, escritores y oradores que
explotaban sus talentos a sus anchas. Fue entonces que descubrí donde estaba, y
debo admitir que me fascinó aquella bella plazuela tipo colonial. Me acerque a
una placa que estaba en uno de los talleres de pintura, donde pude leer la
historia de ahí. A continuación comparto lo más relevante de esa historia.
Habiendo transcurrido algunas horas, el maestro José Márquez interrumpe
la clase y les dice a sus alumnos, “jóvenes, ustedes están próximos a salir de
la academia, ya son pintores ¿no les gustaría tener un lugar, como
estudio–taller para agruparse, desarrollarse y con el tiempo llegar a ser un
núcleo de artistas que representen a nuestra ciudad?”. Todos contestaron claro
que sí Maestro ¿pero dónde está ese lugar? El Maestro respondió: “aquí, frente
a ustedes, imaginen todas estas accesorias ocupadas por artistas, dignificarían
y rescatarían del abandono a este lugar haciendo del mismo un “Barrio del
Artista”. “Es tarea de ustedes pugnar por que las autoridades les entreguen
estos espacios para lograr un Barrio Bohemio como en otras grandes ciudades”.
Pasaron algunos meses y gracias a las empeñosas gestiones de este grupo
logran una entrevista con el entonces Gobernador del Estado Dr. Gonzalo
Bautista Castillo quien ve con agrado la idea expuesta y en coordinación con el
Presidente Municipal Juan Manuel Treviño, ceden este espacio donde se funda la
Unión de Artes Plásticas de Puebla siendo el primer Presidente de la misma el
Maestro Faustino Salazar García y se organiza la primera exposición colectiva
de esta Agrupación el 5 de mayo de 1941.
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