Durante mi visita a la ciudad de Puebla,
capital del estado del mismo nombre, pude ser testigo de innumerables edificios
y construcciones del siglo XVIII, entre los cuales destacaba la casa denominada
de los “Muñecos ” que recibió tal nombre por las figuras humanas grotescas
realizadas en talavera que aparecen en la fachada.
La Casa de los Muñecos es una típica finca poblana del siglo XVIII, de
tres niveles. Aun, cuando presenta una sola fachada, por dentro son dos casas.
Ambas casas se comunican por los típicos patios virreinales, un amplio corredor
de piedra con barandal de hierro en el tercer nivel, una balaustrada de cal y
canto corona las paredes que conforman el patio.
Solamente el cubo de la escalera y el primer patio están decorados con
elementos barrocos. En la parte inferior de la ventana del cubo hay tres
sirenas, propias de la mitología griega, en estuco blanco. El patio, adornado
con cenefas de estuco luce una cornisa ligeramente ondulada, en cuyas yacen
niños-atlantes. Unas gárgolas de piedra complementan la ornamentación.
Antes de ser el bello museo que es hoy, la casa
de los muñecos fue infinidad de cosas, desde barbería hasta un cine. Al
adquirir la Casa de Los Muñecos la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla,
en el año de 1984, la restauró durante tres años dándole al edificio el
esplendor del siglo XVIII. El Museo Universitario abrió sus puertas el 10 de
diciembre de 1987. El 15 de junio de 1999 debido al temblor que sufrió la
ciudad de Puebla, la Casa de los Muñecos sede del Museo Universitario sufrió
daños considerables en su estructura. Los trabajos de restauración que se están
llevando a cabo han permitido recobrar la belleza del edificio.
En lo personal, me pareció uno de las edificaciones más hermosas que he
llegado a conocer y que tuve la fortuna de conocer durante mi breve estancia en
la capital poblana.
No tuve la oportunidad de apreciar las exposiciones que se exhibían en
ese momento, pero si pude conocer su historia y su magnificencia.
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